Hallan anciana dentro de un horno
FUE RESCATADA POR UN DISTRIBUIDOR DE GOLOSINAS
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Tras haber recibido severas quemaduras de segundo y tercer grado en todo su cuerpo, esta mujer –cuya identidad aún no ha sido establecida– ingresó a la unidad de terapia intensiva del nosocomio local durante las últimas horas del lunes pasado.
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“La abuela compraba golosinas a rolete”, relató Jacobo Grimm, conductor del camión distribuidor. “Pasé a dejarle el pedido de esta semana y me llamó la atención encontrar la puerta abierta. Cuando la escuché gritar me mandé para adentro de una. Destrabé el horno, lo abrí y la saqué como pude, porque estaba… bueno, yo nunca había visto algo así. Y ahí nomás llamé al 911 con el celular, vinieron enseguida”, refirió Grimm. “Yo siempre le dije a Willy, mi hermano, que en cualquier momento la vieja espichaba de una pataleta al hígado. Semejante cantidad de chocolates, dulces y caramelos no le hace bien a nadie”, agregó.
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Por razones que la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) aún no logra establecer, la anciana habría quedado encerrada en el antiguo horno a leña ubicado dentro de la cocina de su casa. Según indicó Carlos Perrault, jefe de la DDI, es altamente probable que alguien la haya empujado adentro, ya que la puerta del horno se encontraba trabada del lado de afuera. Perrault manifestó que tampoco se descarta el móvil del robo, debido a la ausencia de perlas, piedras preciosas y demás pertenencias de valor que la mujer guardaba en un cofre.
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Los investigadores no hallaron signos de que alguien hubiera ingresado a la vivienda por la fuerza, pero aún no logran explicar las incisiones dentales presentes en el exterior de la casa. “Si bien la anciana vivía en el medio del bosque, el ángulo de las mordidas nos lleva a desechar la hipótesis de que pertenezcan a algún tipo de animal salvaje”, explicó el subcomisario José Campbell. “Los tarascones que encontramos en las puertas, ventanas, vigas e incluso vidrios de la casa fueron sin lugar a dudas hechos por seres humanos. Si los moldes de las impresiones dentales que el personal del laboratorio se encuentra procesando en este momento lo confirman, estaríamos incluso en condiciones de asegurar que las mordidas fueron efectuadas por dos menores”, agregó.
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Según explicó el Dr. Propp, jefe de la unidad psiquiátrica del Hospital Municipal, si las mordidas de la vivienda fueron realizadas por niños, éstos debían encontrarse bajo el efecto de alguna especie de sustancia alucinógena. “Nadie en su sano juicio arremete a tarascones sobre maderas, vidrios y ladrillos como si se tratase de alimentos. Si bien en casos extremos el hambre puede conducir al ser humano a ver cosas donde no las hay, sólo una persona verdaderamente famélica podría haber confundido esa casa con comida. De hecho tendría que haber estado al borde de la inanición para haberla masticado sin notar que no era comestible”, sostuvo el médico.
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Al cierre de esta edición, otra fuente policial informó que algunas de las huellas digitales obtenidas en el exterior de la casa coincidirían con las presentes en la cerradura externa del horno, mientras que las otras concordarían con las encontradas en un hueso de pollo hallado dentro de una enorme jaula oculta en el sótano de la vivienda. Desgraciadamente, al no haber sospechosos con los cuales comparar las huellas, la investigación ha llegado a un punto muerto. “Los menores implicados no han dejado un solo rastro”, se lamentó.-
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