Antino era un tipo simpático, y como a Penélope nunca le gustó tejer...
El verdadero talón fue Patroclo, la flecha de Paris nunca existió.
Terminada la guerra, Helena se ocultó entre las esclavas. Estaba tan vieja, que Menelao no la reconoció.
"Deberías aprender de mi madre", dijo Minos. Y como Pasifae nunca entendió de metáforas...
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