datos de las manos que teclean

Tending the grave (Jennifer Strauss)

Hay días que los muertos no quieren saber nada de nostros,
sobre todo en verano, si sopla seco el viento del norte,
cuando entrás al cementerio y las rosas están demasiado abiertas,
y se derrama la resina de los árboles,
y sabés que las flores que trajiste van a marchitarse pronto,
y sus tallos son más largos que el florero,
y olvidaste las tijeras y algún frasco para el agua.

No se trata de un reproche. No necesitan decirnos
"Regalaste mis libros, metiste otro amante en mi cama,
hiciste de mis hijos algo que no apruebo" --todas esas cosas,
podemos decirlas nosotros mismos. Es la ausencia absoluta.
Demasiado absortos por la muerte,

se niegan incluso a merodearnos.
Hay que acomodar la tumba, caminar y alejarse;
sin recibir recompensa, ni perdón, ni reproche;
con la vida gravitando en nuestros pasos.
 

  
Jennifer Strauss, "Tending the grave"

There are days when the dead will have nothing to do with us-
In summer mostly, when a dry wind from the north
Gusts up just as you enter the cemetery gates
And the roses are overblown, the gum trees stripping,
And you know the flowers you've brought will wither fast
And are besides the wrong size for the holder
And you've forgotten scissors, and something to carry water.

It's not reproach. They have no need to tell us "You
Have given away my books, taken another lover into my bed,
Made of my children something I do not approve" -all that
We can say for ourselves. It is absolute absence.
They are so engrossed by death they refuse even to haunt us.
We must tend the grave and walk away; unrewarded,
Unreproached, unforgiven; our feet heavy with life.

1 comentario:

Ana Miravalles dijo...

Impresionante, el poema y tu traducción.

dijo W. BENJAMIN sobre las traducciones

"Así como el tono y la significación de las grandes obras literarias se modifican por completo con el paso de los siglos, también evoluciona la lengua materna del traductor. Es más: mientras la palabra del escritor sobrevive en el idioma de éste, la mejor traducción está destinada a diluirse una y otra vez en el desarrollo de su propia lengua y a perecer como consecuencia de esta evolución."

de Walter Benjamin, "La tarea del traductor", en Angelus Novus, trad. de H. A. Murena, Barcelona, Edhasa, 1971, pp. 127-143.


dijo BORGES sobre las traducciones

¿A qué pasar de un idioma a otro? Es sabido que el Martín Fierro empieza con estas rituales palabras: "Aquí me pongo a cantar - al compás de la vigüela." Traduzcamos con prolija literalidad: "En el mismo lugar donde me encuentro, estoy empezando a cantar con guitarra", y con altisonante perífrasis: "Aquí, en la fraternidad de mi guitarra, empiezo a cantar", y armemos luego una documentada polémica para averiguar cuál de las dos versiones es peor. La primera, ¡tan ridícula y cachacienta!, es casi literal.

Jorge Luis Borges, La Prensa, Buenos Aires, 1 de agosto de 1926.