datos de las manos que teclean

Proserpina (Hig. 146)

Higinio, Fábulas, 146: Prosérpina
(versión libre en español por Gabriela Marrón)
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Plutón le pidió a Júpiter que le diera en matrimonio a Prosérpina, hija suya y de Ceres. Júpiter sostuvo que Ceres no iba a tolerar que su hija estuviera en el tenebroso Tártaro, pero le indicó que la raptara mientras se encontrara cortando flores en el monte Etna, situado en Sicilia. En el momento en que ella corta flores allí junto con Venus, Diana y Minerva, llega Plutón en su carro guiado por cuatro caballos y la rapta. Posteriormente, Ceres obtuvo el consentimiento de Júpiter para que Prosérpina permanezca la mitad del año con ella y la mitad con Plutón.
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....Fresco griego, siglo IV a.C., Vergina, Macedonia, Tumba I
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Higinius, Fabulae, 146: Proserpina
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Pluton petit ab Ioue Proserpinam filiam eius et Cereris in coniugium daret. Iouis negauit Cererem passuram ut filia sua in Tartaro tenebricoso sit, sed iubet eum rapere eam flores legentem in monte Aetna, qui est in Sicilia. In quo Proserpina dum flores cum Venere et Diana et Minerua legit, Pluton quadrigis uenit et eam rapuit; quod postea Ceres ab Ioue impetrauit ut dimidia parte anni apud se, dimidia apud Plutonem esset.
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dijo W. BENJAMIN sobre las traducciones

"Así como el tono y la significación de las grandes obras literarias se modifican por completo con el paso de los siglos, también evoluciona la lengua materna del traductor. Es más: mientras la palabra del escritor sobrevive en el idioma de éste, la mejor traducción está destinada a diluirse una y otra vez en el desarrollo de su propia lengua y a perecer como consecuencia de esta evolución."

de Walter Benjamin, "La tarea del traductor", en Angelus Novus, trad. de H. A. Murena, Barcelona, Edhasa, 1971, pp. 127-143.


dijo BORGES sobre las traducciones

¿A qué pasar de un idioma a otro? Es sabido que el Martín Fierro empieza con estas rituales palabras: "Aquí me pongo a cantar - al compás de la vigüela." Traduzcamos con prolija literalidad: "En el mismo lugar donde me encuentro, estoy empezando a cantar con guitarra", y con altisonante perífrasis: "Aquí, en la fraternidad de mi guitarra, empiezo a cantar", y armemos luego una documentada polémica para averiguar cuál de las dos versiones es peor. La primera, ¡tan ridícula y cachacienta!, es casi literal.

Jorge Luis Borges, La Prensa, Buenos Aires, 1 de agosto de 1926.