datos de las manos que teclean

De raptu Proserpinae (frag.) 2,273-306

de Claudio Claudiano
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(versión libre en español por Gabriela Marrón)
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El duro dios, vencido por esas palabras y la dignidad del llanto, siente la ansiedad del primer amor. Entonces le seca las lágrimas con su manto azul oscuro y consuela su triste dolor en un tono calmo: “Deja de angustiar tu espíritu, Prosérpina, con desoladas preocupaciones y un temor sin sentido. Se te ofrecerán reinos de mayor jerarquía y no sufrirás el matrimonio de un esposo indigno. Soy el hijo de Saturno, a mí se somete la estructura del universo y mi poder se extiende en el infinito vacío. No creas perdido el día. Tenemos otras estrellas, tenemos otras regiones. Verás una luz más pura, mirarás con mayor admiración el sol del Elisio y sus piadosos habitantes. Allí hay una edad más valiosa, habita la raza de oro y tenemos eternamente lo que los habitantes de la superficie obtuvieron una sola vez. Tampoco te faltarán suaves prados, allí irradian su perfume hacia mejores céfiros flores que son eternas, no como las que te ofreció tu Etna. En nuestros frondosos bosques hay también un árbol muy rico, que tiene inclinadas las refulgentes ramas por el peso del vivo metal. Estará consagrado a ti, conservarás opulento el otoño y siempre estarás colmada de amarillentos frutos. Y digo poco. Todo lo que abraza el aire transparente, todo lo que alimenta la tierra, todo lo que arrastran las aguas del mar, lo que revuelven los ríos, lo que hicieron crecer las lagunas y todo lo que vive expuesto al círculo lunar, que rodea el séptimo cielo y separa a los seres mortales de los astros eternos, cederá por igual ante tu poder. A tus pies vendrán los reyes que visten púrpura cuando dejen a un lado el lujo y se mezclen con la multitud humilde (todo lo iguala la muerte). Serás la que condene a los culpables, la que conceda descanso a los justos. Contigo como jueza, los criminales se verán forzados a declarar las malas acciones cometidas en vida. Recibe, junto con la corriente del Leteo, a las Parcas como esclavas: que lo que desees sea el destino.”
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De raptu Proserpinae (frag.) 2,273-306
de Claudius Claudianus
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Talibus ille ferox dictis fletuque decoro
uincitur et primi suspiria sensit amoris.
tunc ferrugineo lacrimas detergit amictu
et placida maestum solatur uoce dolorem:
‘desine funestis animum Proserpina, curis
et uano uexare metu. maiora dabuntur
sceptra nec indigni taedas patiere mariti.
ille ego Saturni proles cui machina rerum
seruit et immensum tendit per inane potestas.
amissum ne crede diem: sunt altera nobis
sidera, sunt orbes alii, lumenque uidebis
purius Elysiumque magis mirabere solem
cultoresque pios, illic pretiosior aetas,
aurea progenies habitat, semperque tenemus
quod superi meruere semel. nec mollia derunt
prata tibi; Zephyris illic melioribus halant
perpetui flores, quos nec tua protulit Aetna.
est etiam lucis arbor praediues opacis
fulgentes uiridi ramos curuata metallo:
haec tibi sacra datur fortunatumque tenebis
autumnum et fuluis semper ditabere pomis.
parua loquor: quidquid liquidus complectitur aer,
quidquid alit tellus, quidquid maris aequora uerrunt,
quod fluuii uoluunt, quod nutriuere paludes,
cuncta tuis pariter cedent animalia regnis
lunari subiecta globo, qui septimus auras
ambit et aeternis mortalia separat astris.
sub tua purpurei uenient uestigia reges
deposito luxu turba cum paupere mixti
–omnia mors aequat–; tu damnatura nocentes,
tu requiem latura piis, te iudice sontes
inproba cogentur uitae commissa fateri.
accipe Lethaeo famulas cum gurgite Parcas;
sit fatum quodcumque uoles.’
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1 comentario:

Isabel Barceló Chico dijo...

Impresionante. El destino en el deseo de una mujer... Magnífico blog. Te seguiré. Saludos cordiales.

dijo W. BENJAMIN sobre las traducciones

"Así como el tono y la significación de las grandes obras literarias se modifican por completo con el paso de los siglos, también evoluciona la lengua materna del traductor. Es más: mientras la palabra del escritor sobrevive en el idioma de éste, la mejor traducción está destinada a diluirse una y otra vez en el desarrollo de su propia lengua y a perecer como consecuencia de esta evolución."

de Walter Benjamin, "La tarea del traductor", en Angelus Novus, trad. de H. A. Murena, Barcelona, Edhasa, 1971, pp. 127-143.


dijo BORGES sobre las traducciones

¿A qué pasar de un idioma a otro? Es sabido que el Martín Fierro empieza con estas rituales palabras: "Aquí me pongo a cantar - al compás de la vigüela." Traduzcamos con prolija literalidad: "En el mismo lugar donde me encuentro, estoy empezando a cantar con guitarra", y con altisonante perífrasis: "Aquí, en la fraternidad de mi guitarra, empiezo a cantar", y armemos luego una documentada polémica para averiguar cuál de las dos versiones es peor. La primera, ¡tan ridícula y cachacienta!, es casi literal.

Jorge Luis Borges, La Prensa, Buenos Aires, 1 de agosto de 1926.