datos de las manos que teclean

Safo, frag. 31 (texto griego y traducción)

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Notas morfológico-dialectales del fragmento

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Safo, frag. 31
(Versión libre en español por Gabriela Marrón)


Me parece
................que aquel es igual a los dioses.

El que está sentado frente a vos.

El hombre que escucha de cerca,
cómo hablás con dulzura,
como reís suscitando el deseo.

En verdad, esto ha exaltado en mi pecho el corazón.

Apenas te miro,
ya no me es posible decir nada.

Mi lengua se quiebra.

De inmediato una aguda llama penetra mi piel,
nada ven mis ojos,
............................zumban mis oídos.

Me recubre un frío sudor.

Más pálida que el pasto amarillento,
soy presa por completo de un temblor.

Parezco
..........estar casi muerta.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pobre Safo, cómo le pegaba el amor (o era simple lujuria???), faltó que escribiera que tuvo que correr al baño...
saludos!

gabis dijo...

Es que este lírico morir de amor de Safo es una muerte casi épica. Gracias por pasar.

Edalphoe dijo...

Gracias por colgar el poema! Llevaba un rato buscando en griego, saludos

Elisa de Tiro dijo...

Has conseguido una hermosa traducción. Gracias.
Saludos,

Amparo

dijo W. BENJAMIN sobre las traducciones

"Así como el tono y la significación de las grandes obras literarias se modifican por completo con el paso de los siglos, también evoluciona la lengua materna del traductor. Es más: mientras la palabra del escritor sobrevive en el idioma de éste, la mejor traducción está destinada a diluirse una y otra vez en el desarrollo de su propia lengua y a perecer como consecuencia de esta evolución."

de Walter Benjamin, "La tarea del traductor", en Angelus Novus, trad. de H. A. Murena, Barcelona, Edhasa, 1971, pp. 127-143.


dijo BORGES sobre las traducciones

¿A qué pasar de un idioma a otro? Es sabido que el Martín Fierro empieza con estas rituales palabras: "Aquí me pongo a cantar - al compás de la vigüela." Traduzcamos con prolija literalidad: "En el mismo lugar donde me encuentro, estoy empezando a cantar con guitarra", y con altisonante perífrasis: "Aquí, en la fraternidad de mi guitarra, empiezo a cantar", y armemos luego una documentada polémica para averiguar cuál de las dos versiones es peor. La primera, ¡tan ridícula y cachacienta!, es casi literal.

Jorge Luis Borges, La Prensa, Buenos Aires, 1 de agosto de 1926.